La verdad de los números

Aunque Pitágoras postulara que todo es número, y fundó toda una religión sobre ese axioma, mi larga experiencia me ha demostrado que son muchas las personas incapaces de asumir una verdad numérica, ya sea porque no la entienden o porque han deprimido de tal manera su inteligencia racional que solo obedecen a estímulos anímicos.  Para aquellos que no se asustan ante los números, extiendo ahora una invitación a un ejercicio aritmético simple pero muy significativo.  Se trata de comprobar el crecimiento económico, durante el periodo 1990 – 2019, de tres grandes países latinoamericanos con economías de libre mercado, con el de tres países de la región que, durante ese mismo periodo, han tenido manejos económicos de izquierda, o de extrema izquierda o marcadamente populistas.  Para el primer lote, he escogido a México, Brasil y Colombia, mientras que para el segundo lote, los propuestos son Cuba, Venezuela y Argentina.  Uso como punto final el año 2019 para no considerar el periodo en que el desempeño económico se vio muy alterado por la pandemia del Covid 19.

 

Para medir ese desempeño económico, propongo dos criterios que se encuentran entre los menos controvertidos cuando se trata de este tema.  El primero es considerar al producto Interno Bruto Total a precios constantes de mercado, como el índice más eficiente para la comparación y aceptar la afirmación de que el crecimiento económico es indispensable para el bienestar de la población.  A tales efectos, utilizaré las cifras homogenizadas por la CEPAL entregadas por las respectivas cuentas nacionales.  La valorización, para efectos de comparación igualitaria, se ha hecho en millones de dólares a los precios constantes del año 2010.

 

  1. México

En el año 1990, el PIB del país alcanzó a 653.324,1 mientras que en 2019 su valor llegó a 1.309.880,9.  Eso quiere decir que, en esos 29 años, la economía mexicana tuvo un crecimiento de 104,9%, o sea que más que se duplicó.

 

  1. Brasil

En el año 1990, Brasil tuvo un PIB de 1.190.328,8, el que en 2019 fue de 2.364.409,9, lo que significa que el crecimiento fue de un 98,6%, o sea que casi se duplicó la economía del país.

  1. Colombia 

En 1990, el PIB de Colombia alcanzó a 147.562,1, mientras que en 2019 fue de 394.571,1.  Eso quiere decir que el incremento fue de 167%, o sea que el país casi se triplicó en su desempeño económico.

 

  1. Cuba 

En 1990 el PIB de Cuba fue de 44.721,4, mientras que en 2019 fue de 77.680,9.  Eso significa que en esos 19 años el país creció económicamente en un 73,9%, lo que implica un límite muy alejado de la duplicación.

 

  1. Venezuela

En 1990 el PIB de Venezuela fue de 170.465,7, mientras que en 2019 fue de 116.067,8.  Esto quiere decir que ese desdichado país tuvo un decrecimiento económico de un 32%, pese a disponer de las reservas petrolíferas más grandes del mundo.

 

  1. Argentina

En 1990 el PIB de Argentina fue de 204.022,7, mientras que en 2017 alcanzó a 462.021,2, lo que quiere decir que, hasta que comenzó el actual gobierno, el crecimiento había sido de 126,46%.  Sin embargo, en el periodo que lleva el actual régimen, el PIB ha bajado a 440.769,2, lo que quiere decir que en solo los últimos dos años ha perdido un 4,6%, y eso antes de la pandemia y en un país de proverbial riqueza.

 

Obviamente que la pregunta que más nos interesa es ¿cuál ha sido la performance económica de Chile en términos comparativo con esos? En nuestro país, pasamos de un PIB de 75.463,4 en 1990 a uno de 286.013,8 en 2019, lo que implica un crecimiento de 279%.  Eso significa que el país casi se triplicó económicamente en el periodo en que practicó una economía de esas que los comunistas, con una voz todavía más grave que la que ocupan cuando mencionan a Pinochet, nombran como “neoliberal”, la que en su añeja mentalidad implica algo así como el infierno.

 

Vale la pena analizar los crecimientos económicos de Chile en los diferentes cuadrienios y sexenios que han trascurrido desde 1990 hasta nuestros días.  En el cuadrienio entre 1990 y 1994, el PIB pasó de 75.463,4 a 103.459,4, o sea tuvo un crecimiento de 37,1% (gobierno de Patricio Aylwin).  Entre 1994 y 2000, pasó de 103.459,4 a 144.524,7, o sea tuvo un crecimiento de 39,7% (gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle).  Entre 2000 y 2006, el PIB pasó de 144.524,7 a 193.127,6, lo que implica un crecimiento de 33,6% (gobierno de Ricardo Lagos).  Entre 2006 y 2010, la variación del PIB fue de 193.127,6 a 218.537,6, o sea tuvo un crecimiento del 13,2% (primer gobierno de Michelle Bachelet). Entre 2010 y 2014 vario desde 218.537,6 a 258.594,0, o sea tuvo un incremento del 18,3% (primer gobierno de Sebastián Piñera).  Finalmente, entre 2014 y 2018 el PIB pasó de 258.594,0 a 283.029,4 con un incremento de 9,4% (segundo gobierno de Michelle Bachelet).

 

Teniendo esos números a la vista, corresponde que cada uno de mis posibles lectores saque sus propias conclusiones.  Para ayudar a esas conclusiones en alguna medida, conviene notar que en solo los dos periodos presidenciales que en Chile ocuparon desde 1990 a 2000, Chile avanzó más que Cuba en 30 años y, si se aprecian las cifras de Venezuela, realmente no se puede comprender como un país presuntamente civilizado puede sostener gobiernos cuyo desastre económico supera al de cualquier país en guerra.

 

Los números no mienten y nunca responden con vaguedades.  Ténganlo presente cuando concurran a las urnas en pocos días más, porque estarán decidiendo no solo el futuro de los próximos años, sino que lo que tendrán que sufrir nuestros hijos y nietos.  Yo, al menos, no los quisiera ver cruzando fronteras para encontrar el pan que su patria no es capaz de darles.

 

Orlando Sáenz